Nadie puede ayudar a los demás tanto como tú. Nadie puede expresarse como tú. Nadie puede expresar lo que tú quieres transmitir. Nadie puede consolar a los demás a tu manera. Nadie puede ser tan comprensivo como tú. Nadie puede sentirse feliz, despreocupado y nadie puede sonreír tanto como tú. En una palabra, nadie puede mostrar tus rasgos a nadie más.

Mantén la fe y la esperanza en el futuro. Haz realidad tus sueños más sinceros y, cuando llegue la oportunidad, lucharás por ellos. Puede que tarde una temporada o más, pero el final no cambiará. La ambición, lo mejor, se convertirá en realidad. En un futuro incierto, solo un paso a la vez, la esperanza puede hacer realidad el sueño más alto. Debemos atesorar el sueño, protegerlo durante una temporada, dejar que germine tranquilamente en el corazón. Sin embargo, tenemos que proteger con delicadeza las expectativas profundas de nuestro corazón, soñar lentamente y lograr una nueva vida.

A veces pensamos en los sueños como si fueran fantasías. Es fácil hacerlo cuando tienes dinero, alquiler y trabajo. Pero no puedes prepararte y saltar al vacío: primero debes hacer crecer tus alas. Un poco hacia el sueño. Paso a paso. Da un paso hacia adelante. Después de todo, es tu misión.